La historiografía mexicana en el contexto de los estudios lingüísticos actuales

Ana Balderas García
Universidad Nacional Autónoma de México

El quehacer lingüístico en México se remonta al encuentro entre culturas que se dio en el siglo XVI. La imperiosa necesidad de convertir a los nativos al cristianismo, llevando el desconocimiento de las lenguas de éstos a cuestas, dio como resultado que los religiosos comenzaran a internarse en el análisis sistemático del náhuatl, tarasco, totonaca, zapoteco, etc. Así, las gramáticas y vocabularios hacen su aparición abriendo paso al conocimiento de nuevos sistemas comunicativos y, por ende, a paradigmas culturales inimaginables.

Arte en lengua zapoteca de fray Juan de Córdova 1578

Arte en lengua zapoteca de fray Juan de Córdova
1578

Andrés de Olmos

Vocabulario de la lengua mexicana y castellana de fray Andrés de Olmos 1547

Arte de la lengua de Michuacán de fray Maturino Gilberti 1558

Arte de la lengua de Michuacán de fray Maturino Gilberti
1558


En la segunda mitad del siglo XIX, se da un fructífero avance en el estudio que nos compete. Representado por Manuel Orozco y Berra, Joaquín García Icazbalceta, Francisco Pimentel, José Fernando Ramírez y Francisco del Paso y Troncoso, las obras gramaticales y lexicográficas surgidas en aras de la conquista espiritual fueron consideradas de valor incalculable para poder resolver los enigmas que muchos de los especialistas de la historia mexicana tenían que enfrentar. Por lo tanto, se da un proceso de reimpresión importante constituido por las obras de Andrés de Olmos, Horacio Carochi, Antonio del Rincón, Alonso de Molina, Agustín de Vetancurt, entre otros. Así, la cuantiosa variedad de trabajos abocados a la Historiografía se entrecruza, nuevamente, con la Ciencia del Lenguaje.

Sin embargo, será en el siglo XX cuando se afiance una apertura inamovible en cuanto a los estudios lingüísticos se refiere y que evidentemente se proyecta, con gran ímpetu, hasta la actualidad. El periodo de entre 1980 y 1996 se considera, por algunos historiógrafos, como el “boom” de esta disciplina en México que fue configurándose diez años antes con Robins, y posteriormente con Sampson y Matthews en Europa.

En la etapa contemporánea, encontramos a LINGMEX (Bibliografía lingüística de México)[1] una base de datos en línea que se creó en el 2005, pero con antecedentes desde 1970. Da cuenta de la investigación que se hace sobre la lingüística mexicana, a partir de la difusión de información bibliográfica, tomando en cuenta a los autores de los estudios y las áreas.

Dentro de los ámbitos más cultivados por la Historiografía Lingüística mexicana, que han sido atendidos por LINGMEX, tenemos:

  • Edición de obras coloniales y estudio de las ideas lingüísticas incorporadas.
  • Historia de las políticas lingüísticas con relación a los hablantes indígenas.
  • Historia de las lenguas originarias.

Ahora bien, con el objetivo de propiciar la investigación en dicha área, en el año 2000 se crea la Sociedad Mexicana de Historiografía Lingüística A.C. (SOMEHIL)[2]. Organizar una serie de eventos como congresos, conferencias, seminarios, etc.; establecer relaciones con asociaciones similares a nivel nacional o internacional, e impulsar la publicación de diversos materiales para dar a conocer los estudios de Historiografía Lingüística y Filología, son sólo algunos de sus objetivos.[3]

La lista de estudiosos dedicados actualmente al quehacer historiográfico en el contexto de la lingüística en México, la encabezan, en el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México del Instituto de Investigaciones Filológicas, Ascensión Hernández que sacó a la luz dos tomos de una obra denominada Tepuztlahcuilolli, impresos en náhuatl: historia y bibliografía (1988). Además, junto con Miguel León-Portilla, editó el Arte de la Lengua Mexicana (2002) de fray Andrés de Olmos, la primera gramática dedicada a una lengua indígena del continente americano. En dicho trabajo se presenta un estudio introductorio, la transliteración y una serie de útiles notas que facilitan el acceso a la obra del fraile.

Por otra parte, Pilar Máynez de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, ha trabajado con los cronistas, especialmente con fray Bernardino de Sahagún. En su obra El calepino de Sahagún. Un acercamiento (2002), los términos nahuas empleados por el franciscano en la columna en castellano del Códice Florentino son su objeto de estudio. Desde hace dos años y medio coordina el Seminario permanente de Historiografía Lingüística que responde a la creciente importancia que ha adquirido dentro de la institución mencionada. Cabe señalar que los frutos iniciales de dicho seminario fueron expuestos en las denominadas “Primeras Jornadas de Historiografía Lingüística” realizadas en el 2013.

La notable actividad humanística de Ignacio Guzmán Betancourt que abarca el quehacer lingüístico, se suma a este recorrido. Adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia, dedicó sus trabajos al siglo XIX, principalmente. Ejemplo de ello es la investigación que realizó sobre la vida y obra de fray Manuel de San Juan Crisóstomo Nájera a quien denominó el primer lingüista mexicano (Máynez 2011:35-40). Además, su obra Bibliografía sobre historiografía lingüística y filología de las lenguas amerindias (2000),así como la edición de obras como las crónicas de Andrés Pérez de Ribas en 1992, conforman el vasto arsenal de sus trabajos lingüísticos, filológicos, históricos y antropológicos.

Thomas Smith, investigador del Colegio de México, realizó la edición, junto con Yolanda Lastra, del Vocabulario trilingüe español-náhuatl-otomí (1605) de fray Alonso Urbano. En su momento dirigió el proyecto Biblioteca Novohispana de Lenguas Indígenas en el que se editaron variadas obras de dicha época.

En el caso de la Escuela Nacional de Antropología e Historia encontramos a Bárbara Cifuentes con su obra Lenguas para un pasado, huellas de una nación. Los estudios sobre lenguas indígenas en México en el siglo XIX (2002), en la que permite un acercamiento a autores que, movidos por el contexto cultural y científico del momento, mostraron interés en el estudio de las lenguas indomexicanas en el ámbito propio del comparatismo de la época. Figura emblemática de este periodo fue Francisco Pimentel quien con su Cuadro descriptivo y comparativo de las lenguas indígenas de México o tratado de filología mexicana (1862) permite un conocimiento práctico de las lenguas a través de la descripción, la comparación y la crítica.

Lenguas indígenas en el México Decimonónico. Ecos, pregones y contrapuntos (2013) es una de las obras más recientes de Frida Villavicencio, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, quien ha realizado trabajos lingüísticos de las lenguas indígenas desde un enfoque diacrónico, tomando en consideración, por ejemplo, las políticas lingüísticas, la inequidad social, la diversidad cultural, etc.

De la Universidad Autónoma de Guadalajara encontramos a Rosa Yáñez, quien se ha centrado en la reconstrucción de las lenguas que se mantuvieron en contacto durante el siglo XVI en la parte occidental mexicana, esto a partir de la revisión de los textos generados en la etapa novohispana. Una de sus obras más representativas es Guerra espiritual y resistencia indígena. El discurso de evangelización en el obispado de Guadalajara (2002).

Resulta de gran importancia hacer notar que el interés por la Historiografía Lingüística de México se ha proyectado hacia el extranjero. Ejemplo de ello es el trabajo de Esther Hernández del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien ha realizado una serie de trabajos con esa línea. En su obra Vocabulario en lengua castellana y mexicana de fray Alonso de Molina. Estudio de los indigenismos léxicos y registro de las voces españolas internas (1996)analiza, a través de la revisión de varias ediciones de dicho trabajo lexicográfico, el vocabulario del español y atiende principalmente a la vitalidad de los nahuatlismos incorporados a esa lengua.

Finalmente, como se ha podido observar a través de este somero recorrido, la Historiografía Mexicana enmarcada en la Ciencia del Lenguaje, resulta ser un campo fértil que ha permitido un acercamiento importante al conocimiento de las ideas y teorías lingüísticas plasmadas a lo largo del tiempo y, en consecuencia, a la comprensión del español y las lenguas indígenas en el México de hoy.

Bibliografía

Barriga Villanueva, Rebeca (coord.), con la colaboración de Hermelinda Mendoza Filio. 2013. Lingmex: Bibliografía Lingüística de México desde 1970. 14a. ed. El Colegio de México. Disponible en: http://lingmex.colmex.mx/, (30 de enero, 2014).

Barriga Villanueva, Rebeca y Parodi Claudia. 1998. La lingüística en México 1980-1996. México: El Colegio de México.

Cifuentes, Bárbara. 2002. Lenguas para un pasado, huellas de una nación. Los estudios sobre lenguas indígenas en México en el siglo XIX. México: CONACULTA, INAH y Plaza y Valdés.

Guzmán Betancourt, Ignacio. 2000. Bibliografía sobre historiografía lingüística y filología de las lenguas amerindias. México: CONACULTA/ INAH.

Guzmán Betancourt, Ignacio. 1994. “Para una historia de la historiografía lingüística mexicana”. Dimensión Antropológica, 2:95-130.

Hernández de León-Portilla, Ascensión. 1988. Tepuztlahcuilolli, impresos en náhuatl: historia y bibliografía. México: UNAM.

Hernández, Esther. 1996. Vocabulario en lengua castellana y mexicana de fray Alonso de Molina. Estudio de los indigenismos léxicos y registro de las voces españolas internas. Madrid: CSIC, Colección Biblioteca de Filología Hispánica.

Lope Blanch, Juan. 2004. “De historiografía lingüística mexicana”. En De historiografía lingüística e historia de las lenguas. Ignacio Guzmán, Pilar Máynez y Ascensión Hernández (coords.). México: Siglo XXI y UNAM.

Máynez Vidal, Pilar. 2002. El calepino de Sahagún. Un acercamiento. México: UNAM/ENEP Acatlán y FCE.

Máynez Vidal, Pilar. 2011. “Ignacio Guzmán Betancourt. Su labor en el ámbito de la historiografía lingüística mexicana”. En Homenaje a Ignacio Guzmán Betancourt (1948-2003). Pérez Luna, Julio (coord.) México: INAH.

Pérez de Ribas, Andrés. 1992. Historia de los triunfos de nuestra santa fe entre gentes las más bárbaras y fieras del nuevo orbe. México: Siglo XXI (Serie los Once Ríos).

Pimentel, Francisco. 1862. Cuadro descriptivo y comparativo de las lenguas indígenas de México o tratado de filología mexicana, 2 tomos. México: Imprenta de Andrade y Escalante.

Olmos, Andrés de. 2002. Arte de la Lengua Mexicana. México: UNAM.

Urbano, Alonso. 2000. Vocabulario trilingüe español-náhuatl-otomí (1605).Thomas Smith, Yolanda Lastra, et al. México: Biblioteca Novohispana de Lenguas Indígenas, Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, COLMEX.

Villavicencio, Frida. 2013. Lenguas indígenas en el México Decimonónico. Ecos, pregones y contrapuntos. México: CIESAS.

Yáñez, Rosa. 2002. Guerra espiritual y resistencia indígena. El discurso de evangelización en el obispado de Guadalajara: Guadalajara: UAG.

[1] Véase: http://lingmex.colmex.mx/

[2] Desde sus orígenes, esta Sociedad contó con el apoyo de varias instituciones, entre las que están, el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, la Dirección de Lingüística del INAH y el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del Colegio de México.

[3] En el año 2000 se celebró  el Primer Congreso de Historiografía Lingüística. Así mismo, se han organizado cuatro encuentros internacionales, el último en mayo del 2011.

How to cite this post:

Balderas García, Ana. 2014. La historiografía mexicana en el contexto de los estudios lingüísticos actuales. History and Philosophy of the Language Sciences. https://hiphilangsci.net/2014/04/09/la-historiografia-mexicana-en-el-contexto-de-los-estudios-linguisticos-actuales-4

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